
Las medusas provocan lesiones en la piel cuando se entra en contacto con sus tentáculos o filamentos. Producen un dolor muy intenso y una lesión rojiza en forma de latigazo con ampollas que pueden dejar cicatrices de por vida. No todas las medusas son urticantes o venenosas, la especie y la variedad influyen mucho en el tipo de reacción1. En general, las que tienen forma de girasol, que nadan a media agua o en superficie, no acostumbran a dar problemas. Normalmente, la medusa que pica es la que no ves y son transparentes o rápidas, como la carabela portuguesa.
Los envenenamientos por medusas son comunes en las regiones costeras templadas y varían en severidad dependiendo de la especie2. Las picaduras provocan una variedad de síntomas y signos que incluyen dolor, reacciones dermatológicas y, en algunas especies, síndrome de Irukandji (que puede provocar dolor abdominal / torácico, taquicardia, hipertensión, sudoración, agitación y, a veces, complicaciones cardíacas).
Lo primero, no empeorar la situación
No frotar la zona, aunque pique, ni con la toalla ni con arena, porque expande el veneno de los tentáculos de la medusa.
No lavar los restos del animal, nunca con agua dulce ni con agua fría porque facilita la descarga del veneno de los tentáculos.
No usar antihistamínicos tópicos, ya que son potencialmente sensibilizantes.
Utilizar camisetas o pantalones amplios para bañarse puede atrapar los tentáculos entre la piel y el traje y producir la liberación masiva de toxinas con reacciones graves.
Si existe alergia, no perder tiempo
Si es alérgico a algún tipo de veneno o en caso de reacción grave tras la picadura (dificultad respiratoria, desvanecimiento, mareo), lo primero que se debe hacer es avisar al servicio de urgencias. Ante cualquier sospecha de anafilaxis (ronquera, disnea, hipotensión, etc.) se ha de iniciar inmediatamente apoyo y sostén respiratorio y cardiovascular con adrenalina y, si es posible, corticoides orales.
¿Qué podemos hacer?
Como es lógico, salir del agua rápidamente es la primera opción. Después, retirar con cuidado los tentáculos que todavía permanezcan pegados a la piel, sin tocarlos directamente con las manos, podemos utilizar una pinza o guantes protectores.
Después lavar la zona con abundante agua salada, para retirar los restos sin activar el veneno de los tentáculos que queden adheridos.
Aunque hay escasos datos y no hay estudios en todas las especies de medusa3, la inmersión en agua caliente fue superior a las compresas de hielo para lograr un alivio del dolor clínicamente significativo (al menos del 50%) a los 10 minutos en un ensayo con 96 participantes (RR: 1,66; IC del 95%: 1,01 a 2,72) y también a los 20 minutos en un ensayo con 88 participantes (CR 2,66; IC del 95%: 1,71 a 4,15). La inmersión de la zona afectada en agua caliente y las compresas de hielo fueron de eficacia similar para mejorar la lesión.
Tal como se comenta en la página web de la Guía terapéutica, una vez retirados los restos de tentáculo y lavada la zona con agua caliente, en días sucesivos hay que continuar con las curas de la lesión. Como antiinflamatorio, aplicar frío sobre la zona afectada durante unos 15 minutos. Después aplicar compresas empapadas en vinagre, bicarbonato o amoníaco durante varios minutos para aliviar la inflamación y el picor. Se puede tomar algún analgésico, si es necesario.
Si la lesión es grave o extensa con comezón importante, usar crema de hidrocortisona al 1% 4 veces al día. Evitar corticoides de potencia elevada en cara, pliegues y zonas de piel más fina. Se pueden añadir antihistamínicos orales.
¿Funcionan las cremas preventivas basadas en el pez payaso?
Se han hecho estudios en un número reducido de voluntarios sanos con una crema muy hidrofóbica que contiene un glicosaminoglicano similar al de los tentáculos de la medusa y antagonistas de la sustancia que estimula los cnidocitos. El más numeroso fue de tan solo 38 personas, utilizando ambos brazos4. Tan solo 2 de 25 personas con protector solar normal, y 2 de 26 sin ninguna protección no tuvieron picaduras en la zona de exposición a los tentáculos, respecto de 13 de 25 que utilizaron la crema «antimedusas». Se necesitan estudios más amplios para poder recomendar su uso masivo, ya que, aunque reducen la cantidad de toxinas a las que está expuesto el bañista, la crema no neutralizará el efecto de ninguna toxina que entre en la piel.
Bibliografía
- Todd J, Edsell M. A diver’s guide to subaquatic envenomation in the Mediterranean. Diving Hyperb Med. 2019 Sep 30;49(3):225-8. Doi: 10.28920/dhm49.3.225-228. PMID: 31523798; PMCID: PMC6881212.
- Mariottini GL, Pane L. Mediterranean jellyfish venoms: a review on scyphomedusae. Mar Drugs. 2010 Apr 4;8(4):1122-52. Doi: 10.3390/md8041122. PMID: 20479971; PMCID: PMC2866479.
- Li L, McGee RG, Isbister G, Webster AC. Interventions for the symptoms and signs resulting from jellyfish stings. Cochrane Database Syst Rev. 2013 Dec 9;(12):CD009688. Doi: 10.1002/14651858.CD009688.pub2. PMID: 24318773.
- Tønseth KA, Andersen TS, Pripp AH, Karlsen HE. Prophylactic treatment of jellyfish stings–a randomised trial. Tidsskr Nor Laegeforen. 2012 Jun 26;132(12-13):1446-9. English, Norwegian. Doi: 10.4045/tidsskr.11.0652. Erratum in: Tidsskr Nor Laegeforen. 2012 Aug 7;132(14):1587. Andresen, Torgrim Salvesen [corrected to Andersen, Torgrim Salvesen]. PMID: 22766815.
María Jesús González Moneo. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Miembro del Comité Editorial de la Guía Terapéutica en Atención Primaria de la semFYC.